viernes, 30 de mayo de 2008

Había una vez...


Nada más dulce ni más claro para explicar el correcto uso de los tiempos verbales: "Es como un cuento infantil", dijo la gran lingüista María Marta García Negroni, una de las profesoras de la maestría que curso. A continuación, su lección.

1-El pretérito imperfecto, acción extendida en el tiempo y no concluida. Ejemplo: Había una vez una princesa que paseaba todos los días por un su florido jardín. Miraba el cielo desconsolada; esperaba algún amor.
Con este tiempo el relato no avanza. Para hacerlo necesita del pretérito perfecto.

2-El pretérito perfecto, entonces, le da movimiento a aquella acción. Ejemplo: Un día apareció un príncipe y le ofreció viajar 40 días y 40 noches. La princesa aceptó con alegría. Y esa tarde soleada empezó su nueva vida.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Abel la conocera? me imagino un cafe entro ambos. se llevarian muy bien...
andres cheda

Pedro Noli dijo...

No se si se conocen con el profe, Andrelo. Pero si toman un cafecito tendrán, sin dudas, más de una disputa. Esta mujer, afirma que nadie habla mal y acepta casi todos los cambios de la lengua. El profe no los tolera tanto, já. Igual son dos maneras de entender la lengua, ¿no?

Pedro Noli dijo...

No se si se conocen con el profe, Andrelo. Pero si toman un cafecito tendrán, sin dudas, más de una disputa. Esta mujer, afirma que nadie habla mal y acepta casi todos los cambios de la lengua. El profe no los toleraba tanto, já. Igual son dos maneras de entender la lengua, ¿no?