El barman fumaba un porro gordo, ancho como una moneda de 25 centavos. Servía cervezas a mansalva, con espuma y en vasos plásticos. Y de ahí, de la barra, apareció apurado el amigo Fariña, El Mejicanito, con su celular en alto y con tapita abierta.
- ¡Es Pato! tomá, chango.
- ¿Primo? ¿Primoou? ¡No te escucho, primooou!
Pato, mi querido Patricio Herrero, vive en Tucumán, y acababa de conseguir la plata para venir unos días de la semana que viene. Y quería contármelo, machadito como estábamos, pero la comunicación se cortó antes de que lo hiciera.
Las llamadas larga distancia gustan más si son sorpresivas. Claro, si traen buenas noticias. Si hubiera tenido crédito se la devolvía. Hubiera puesto el teléfono a la par del parlante para que escuchase el rock que suena en las fiestas porteñas. Que dicen más o menos así:
...Por mi fama de ratón, la mano viene muy mal si no te sobran las pelotas me mandás al hospital... (Bersuit, Sin Cerebro)
...Están velando una oración, calavera vivirá, cuerpo en vida reencarnación, con Mandinga el vicio de pactar... (Los Cadillacs, El Muerto)
...Tiempo, tiempo sin una palabra, viaje, soledad y depresión y al fin... (Los Visitantes, Playas Oscuras)
Y varios temas más que nunca, o casi nunca, se escuchan en las fiestas tucumanas. Y que Pato, el Negro Walter, Carlao y demás brothers hubieran saboreado. Qué pena no haber tenido crédito.
Sin fecha
Hace 11 meses
2 comentarios:
Y al fin, suerte en su destinooooo!!!
Creo que a un par de esos los conosco!!! jajaja
40 años y recien paso a leer tu blog! ahora lo agendo en favoritos.
Saludos!!!
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