sábado, 13 de diciembre de 2008

El Cádillac



1-Gabriel Fernández Capello, Vicentico, llega por la tarde a una prueba de sonido para el concierto que ofrecerá esa noche, en el estadio de San Martín de Tucumán. Compartirá el escenario con otras bandas. Está, por ejemplo, la del folclorista Luciano Pereyra y por ello sus músicos ajustan el audio sobre el escenario. Vicentico se acerca al bajista y le dice algo al oído. Le pide que, por favor, cuando terminen lo despierte. Camina unos pasos, apoya la espalda contra un pilar y se queda dormido en el suelo, sentado, con las manos sobre la barriga y la cabeza sobre el hombro izquierdo. Fue hace tres años, en Tucumán.

2-Termas de Rio Hondo, Santiago del Estero, 1997. Vicentico se aleja del micrófono y se queda parado en un pie. Abre sus manos y hace equilibrio para no caerse. Baja la izquierda y levanta la derecha, como si estuviera sobre una tabla que flota en el mar e intentara no mojarse. Viste un pantalón rojo y una remera negra de la banda inglesa The Clash, que le queda corta, pues se le ve el pupo mientras se mueve. El pelo largo le cubre la frente y le molesta la vista, pero no se lo quita de los ojos. Se mueve rígido. Le falta aceite. Después en el hotel, se negará a autografiar un billete de un dólar. "Ni que fuera gringo", dirá.

3-Móvil en vivo desde New York por el noticiero de Telefé, el día que recibió el Grammy, en 2001. La conductora le dice que en la casa de sus compañeros, en Buenos Aires, también hay un móvil y que los contactará para que charlen al aire.

Vicentico: -Escuchame una cosa, Minimal... ¿pegaron fasito?

4-Gerardo Roblat, percusionista de los Fabulosos Cádillacs, falleció en marzo pasado. Vicentico y toda la banda le dedicaron su concierto de anoche en River. Hasta hubo un homenaje donde mostraron sus fotos. Algo extraño pasó en México, en el primer concierto de la vuelta del grupo. En pleno show, Vicentico, sorprendido por el ritmo de un timbal que se le coló en Gitana, miró para atrás a los demás músicos y luego voltió sus ojos hacia el sonidista. Éste le levantó el pulgar y le dijo que sí con la cabeza. Siguieron, ambos, más tranquilos.

-Quedó bien el sampler-, le dijo Vicentico cuando había terminado el concierto. -¿Pero quién carajo te autorizó a que lo pusieras, pibe?.

-Yo no le puse nada-, le contestó. -Pensé que me mirabas porque algo saturaba.

-No, boludo... ¿no escuchaste? Salió una tumba que no estaba en el escenario.


Eso dicen que pasó en México. Y anoche también creo haberlas escuchado.(F)

9 comentarios:

el Rafa dijo...

Incitante, conciso, claro y disparador de emociones musicales tu comentario. Gracias por llamar Rey pero no escuchaba una poronga. Abrazo.

macanudas* dijo...

escalofríos.

voy hoy.
pasará?

Anónimo dijo...

Qué coche Vicentico. Me alegro porque estás posteando nuevamente, primo. Es bueno leerte. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Impresionante.
Escuche un poco del recital por radio, que bueno que hayas estado ahí!
y gracias por volver a deleitarnos con tus palabras. Es hermoso leerte. Te extrañé,en todas sus formas.
te amo,
Lau.

Victoria De Masi dijo...

Impecable. Y estremecedor.

Julio dijo...

"Qué piedra pa la honda este Vicentico", diría un amigo.

Un abrazo, querido.

Bernardo dijo...

Llegué a este blog por el de Aneris.
Estuve en el recital de LFC el viernes...
Si entrás al mío, verás en la última entrada que crecí con ellos.
Estuvo muy bueno.
Un abrazo grande.

Bernardo.-

TucuMala dijo...

vale un poco recordar la entrevsta qeu le hizo peña, donde sedespachaba en contra de sus excopañeros cadillacs.

tucuMALA

jessica dijo...

piel de gallina...