Mauri pisa la lata de Quilmes y con el empeine del pie derecho la adelanta un metro. "Guacho, vos jugás conmigo", le dice a Tito, lo señala con el índice y se saca la remera. La deja sobre el piso, el cemento duro de la estación de Constitución. Un foco alumbra amarillo sobre los chicos -son niños- que están por empezar el partido en cuero con arcos de remera. Poca gente pasa por acá después de las 23, cuando no hay trenes que lleguen y el acceso al subte ha cerrado. Mauri saca hacia adelante y recibe un hombrazo del adversario que le quita la pelota.
Ataca el otro equipo. Es rápido el petiso del pantalón de la selección argentina. Corre con ganas, pura leche, y lleva la bocha al extremo derecho. La cuida con celos, mira para atrás por arriba de sus hombros y cuando Mauri, caliente, le cruza la pierna, no hace más que tocarla y correr de nuevo. Va solo derechito hacia el arco. Gol. Festeja como Riquelme, en silencio y con las manos en las orejas.
Mauri, que es alto y flaco, putea a Tito, el pibito del pelo amarillo que no es rubio. Le dice que es un pancho, que es un gil, que debería haber bajado. "El panchos sos vos, salame. Que te la quitó ese enano de mierda", le contesta de espaldas su amigo mientras va a buscar la latita.
Saca del medio Tito para Mauri, esta vez para atrás. Mauri se atolondra. No la domina. La pelota le huye, no quiere sus pies, intenta escapar de la misma manera que un gringa se le negaba a un porteño la otra noche. El tipo la quería abrazar y ella se escabullía, igual que la pelota. La escena terminó cuando apareció el enano maldito. ¡Pumba! un chutazo fuerte, a donde salga, y salió bien. 2-0 pierde Mauri. Explota de la bronca. Traga los mocos por la nariz y escupe al piso. "¿Ves que sos un pancho?", le dice Tito. "Callate, pelotudo".
El enano juega solo, no tiene compañero. Son dos contra uno. Tal vez por eso se calienta tanto Mauri. ¡Si hasta lo razguña en respuesta a un caño! La lata pasa limpia de un saltito entre las piernas. Y el flaco que se le notaban las costillas acude a un cobarde manotazo con uñas largas. El enano sonrie, encara sonriendo, lo hace a Tito sin amagar, le gana en velocidad, y la toca con estilo, no patea, la deja en el arco. "¡Qué bárbaro este enano de mierda!", dice desde el piso Mauri.
El partido terminó 12-5, claro a favor del enano, que se llevó consigo la latita de la victoria. La empujaba de a poquito por el suelo, entre los micros y la oscuridad marginal. El fútbol había terminado. Quedaba la calle.
Sin fecha
Hace 11 meses
23 comentarios:
Me hizo recordar a una conocida aguafuerte de Arlt. Me encantó. Un abrazo, primo. Y siga escribiendo estas cosas tan lindas.
Los enannos somos GROSOSSS SABELO PIMO!!
tuve ganas de estar ahí sacando una foto, con diafragma cerrado y un tiempo leeeento leeeento que apenas deja ver la latita y los pies de mauri y el enano.
pero al final me angustié un poquito, y guardé la cámara y me fui caminando.
por una ciudad marginal..
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estuve leyendo otros textos del blog, y debo decir que me gusta muchomucho como escribís :)
besos,
lu
Primo: Gracias por tus palabras, bro. MIrá: http://futbolimprevisible.blogspot.com/2008/01/el-da-que-roberto-arlt-fue-periodista.html
Bruno: Sos uno de esos enanos malditos, dueños de la calles porteñas.
Macanuda: Qué foto. A esa última también deberíamos tomarla. ¿Le parece?
Peter...
buena mirada sobre el otro fútbol. El fulbo. El fulbito.
cuantos cracks enanos de potenciales 20 millones de euros andarán caminando por Constitución mangueando dos guitas?
Es cuestión de suerte.
Es cuestión de suerte?
abrazo
El Pichi.
Pichi, capo, habrá más de uno, sin dudas. Futbolistas, médicos, mozos, profesores, abogados, tal vez. Pero la calle no los suelta. Una pena. Saludos.
¡Cuanto fútbol se desparrama en toda la geografía de nuestro país!
Latitas, chapitas, las desaparecidas pelotas hechas con media; cuánto talento.
Hermano, con este relato me provocaste unas ganas de ir a patear un rato con los changos de la cuadra...
Chumbazo y uñudo a morir!!!!!
Vaya un abrazo grande Peter.
Lo más raro es que, paradójicamente, el fútbol debe ser de las profesiones que más posibilidades brindan a los excluidos del sistema, aunque sean pocas.
De ser médico, abogado o profesor... ni hablar.
Saludos.
y pensar que existen botines especiales para darle mayor efecto al balón; guantes de arqueros con caucho antirebote; pelotas con cuero de llama cocidos con hilos de elefante para darle mayor velocidad al chute;
el fútbol, como la vida, es tan simple amigo Pedro... y cuántas veces lo olvidamos!
muchas gracias por recordárnoslo con la simpleza de tu relato. Me acordé cuando en el patio de mi colegio jugábamos con una tapita/chapita de pepsi;
Este es un comentario protesta...Peter no agregaste mi blog a tu listado!!
¡JA! No putee, che..
Saludos
Un amigo fotógrafo capturó un fulbito tan nítido como éste que relatás, pero en la villa La Cava, esa que rodearon de gendarmes porque los vecinos de San Isidro no quieren ver más Mauris, ni Titos, ni enanos. Qué bueno que todavía haya gente que puede retratar, relatar, contar, mostrar y transmitir estos partidos de fútbol. Sino pareciera que no existen. Salvo detrás de un muro de gendarmes.
que lindo partidito me hiciste disfrutar! vos sabes cómo me gusta el fútbol, éste mucho mas y relatado con tus palabras... una maravilla! Me encantó.
Cientos de besos,
Lau.
hay un libro de un fotografo, creo que di mario, con fotos de canchas y potreros de todo el pais, con sus respectivos protagonistas. yo vi un par de imagenes y me parece que esta bueno. igual, tu relato (como los otros que haces) es como "estar ahi", asi que voy a pasar seguido por tu blog.
saludos
-Cientos de besos, mi Lau.
- Y gracias a todos los que pasan por acá
ganas de palabras nuevas
ganas de leer(te)
Infinitas gracias por los elogios. Dame tiempo para bucear por estos lares y charlamos.
disfrute mucho el relato, si bien esta escrito para y por un hombre, la tucumala se lo banco!!!
saludos!
tucuMALA
En una resiente charla de msn me hiciste notar mi incapacidad de emocionarme con el fútbol, en eso momento me di cuenta por que no había comentado en este post. Evidentemente me pierdo de algo…
Excelentes relatos, Pedro... Los leí casi todos.
Un gusto pasar por aquí y respirar una bocanada fresca.
Un abrazo
Hora de actualizar papaaaaaaaaaaa!!!! hace rato espero leerte y deleitarme. Abrazo, Peter.
guau que buena imagen. Me transportaste ahi, por un momento.
muy bueno, besos.
holasss
lindo tu blog
saludos :)
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