Pedro, es raro, esta fecha mueve muchas cosas en mí y muy pocas veces puedo pensar fríamente, me dejo llevar por la bronca, y esta semana, ya cerca de la fecha comencé a sentirme profundamente triste. Anoche estuve hablando con dos amigos acerca de que intenté todo el tiempo escribir algo en mi blog y no pude porque me siento muy pesimista y, como no me pasa seguido, siento que esta sociedad está llena de inmundicia. No sé, pocas veces sentí eso, pero ante un Julio López que no aparece, los medios que jamás quieren decir nada y la gente que sigue repitiendo hasta el hartazgo las frases tan conocidas, siento repugnancia. No puedo otra cosa. Me conmueve mucho, no puedo concebir tanta complicidad, no lo entiendo, y me duele mucho. A propósito de las notas que cargaste, tanto Página 12 como Crítica Digital fueron los únicos que hicieron un informe interesante. Estuve buscando y la verdad es que no encontré demasiado. No sé, estoy haciendo catarsis, me alegra mucho que lo hayás puesto en tu blog, y encima, ahora me doy cuenta que este es el primer comentario. Qué curioso, tu blog está bárbaro y siempre tenés por lo menos un comentario. Qué atrocidad, tanto silencio... Un abrazo Pedro, disculpá estas incoherencias textuales.
Nació el 25 de marzo de 1982 en Metán, ciudad de Salta, Argentina. Antes de que cumpliera un año se mudó junto a su familia a Tucumán, donde aún vive. Durante su adolescencia besó bajo la lluvia, tuvo un perro callejero bien copado, el Puchi, y jugó al fútbol hasta que se hizo de noche en el barrio Viajantes. Se licenció Comunicación Social y se dedicó al periodismo escrito. Publicó en La Gaceta, El Tribuno, de Tucumán, en Clarín, en El País de Madrid, y fue becario dos veces de la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano, escuela presidida por Gabriel García Márquez, lugar donde conoció amigos de toda Latinoamérica. Entre sus tesoros protege una carta de amor sin abrir y una virgen milagrosa tatuada en su omóplato izquierdo. Conoció la euforia, su sentimiento preferido, en la fiesta pagana del carnaval jujeño. Vivió en Buenos Aires el año 2008, donde aprobó maestría en periodismo de la Universidad de San Andrés. En 2012 fundó, junto a dos colegas, Tucumán Zeta, la primera revista de crónicas periodísticas del Norte argentino. Y a principios de 2013 emprendió una aventura que comparte en detalles en este blog y en su libro editado: su primera vuelta al mundo.
"La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla". Gabriel García Márquez.
-Los datos que construyen estas historias son ciertos, todos ellos, según los recuerda mi memoria. No hay un color cambiado, siquiera. Es aquella verdad periodística y utópica. Verdad no-ficcionalizada. Son mis recuerdos narrados y descriptos. Y ahora, compartidos. -Además será el archivo público de los cuentos que le escribo a mi sobrina Micaela que llegarán a sus manos cuando cumpla 15 años.
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Pedro, es raro, esta fecha mueve muchas cosas en mí y muy pocas veces puedo pensar fríamente, me dejo llevar por la bronca, y esta semana, ya cerca de la fecha comencé a sentirme profundamente triste. Anoche estuve hablando con dos amigos acerca de que intenté todo el tiempo escribir algo en mi blog y no pude porque me siento muy pesimista y, como no me pasa seguido, siento que esta sociedad está llena de inmundicia. No sé, pocas veces sentí eso, pero ante un Julio López que no aparece, los medios que jamás quieren decir nada y la gente que sigue repitiendo hasta el hartazgo las frases tan conocidas, siento repugnancia. No puedo otra cosa. Me conmueve mucho, no puedo concebir tanta complicidad, no lo entiendo, y me duele mucho. A propósito de las notas que cargaste, tanto Página 12 como Crítica Digital fueron los únicos que hicieron un informe interesante. Estuve buscando y la verdad es que no encontré demasiado. No sé, estoy haciendo catarsis, me alegra mucho que lo hayás puesto en tu blog, y encima, ahora me doy cuenta que este es el primer comentario. Qué curioso, tu blog está bárbaro y siempre tenés por lo menos un comentario. Qué atrocidad, tanto silencio... Un abrazo Pedro, disculpá estas incoherencias textuales.
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