lunes, 8 de junio de 2009

Hoy función: el día que ascendió Atlético

Han pasado siete horas que no he parado de tomar bebidas alcohólicas, y acá, en mi departamento a medio amoblar, Juan Pablo Sosa me cuenta cómo lloró aquella vez que Atlético Tucumán volvió a Primera B. Dice que cuando acabó aquel partido le cayó sólo una lágrima, que fue pesada y que la sintió brotar de globo ocular, transitar el pómulo y caer sobre el pecho, muerta y feliz. Dice que luego de sacudirse el rostro, con las dos manos y con presión, fue hasta la casa de su abuelo, a cuatro cuadras de la cancha, y al abrazarlo se desvaneció en un llanto. Dice que nunca lloró así, ni siquiera cuando murió su abuela. Y que el abuelo al verlo llorar le dijo: "Tranquilo mijito, falta mucho, el deca va a dar para más".
Juan Pablo Sosa dice que las lágrimas fueron en todo el estadio; que hay tomas de televisión que lo registran. Dice, además, que dentro de un par de horas, cuando llegue el mediodía, tiene un asado con los 15 muchachos que va a la cancha y que esperarán, tomados y comidos, el partido que a las tres de la tarde jugarán Atlético y Talleres, en Córdoba. Ese encuentro podría poner por primera vez en la historia a Atlético en la primera división del fútbol argentino. Bajamos del departamento y hay un día soleado. Tan soleado que molesta las pestañas. "Es un hermoso día para que ascienda el deca", reflexiona Juan Pablo, bastante borracho y convencido. Salimos.
Son las 10 de la mañana y el festejo por el día del periodista se extendió más allá de la fiesta. En la esquina de Alen y Mate de Luna hay un hombre que vende banderas que dicen "Atlético de Primera". Juan Pablo quiere una, la mira con ganas, la mira con celos cuando un hombre la compra para su hijito que la acaricia desde la vereda. El semáforo se pone verde. Juan Pablo dice que se bañará y que luego seguirá despierto, que excitación que tiene no lo dejará dormir y que hoy es el día que esperó desde que nació. Faltan horas. Atlético juega pronto y yo, mareado, decido irme a dormir para que el descenlace de esta crónica llegue lo antes posible.
Me despertaron las bombas de estruendo, continuas e interminables. Tan explosivas que el perrito de mi casa, El Pichín, se metió debajo de la cama para evitar el ruido, tal como hace en Navidad y Año Nuevo.
El árbitro Jorge Baliño decidió poner fin al partido cuando aún faltaban 12 minutos para llegar a los 90. Desde la platea de Talleres empezaron a arrojar piedras a los jugadores tucumanos que estaban en el banco de suplentes, embroncados por los cuatro goles que habían recibido en contra. Atlético daría la vuelta el su cancha y los plateistas no quería saber nada.

-River, Boca, Independiente, Racing, San Lorenzo -enumeró el comentarista de la radio LV 7. Atlético es de primera y ahora se va con los grandes. Vamos al móvil, en vivo, desde la plaza Independencia con Vicente Armando Tarascio.

-Gracias, gracias. Llega la gente desde todas las direcciones, todos los caminos conducen a la plaza, una plaza que está vestida de celeste y blanca, una plaza decana -relató Tarascio que aún tenía la garganta dañada por el cigarrillo y el alcohol de los festejos de la noche anterior. Está todo el pueblo decano acá -siguió y le pasó el micrófono a un hincha- ¿Amigo, feliz?

-No puedo más, esto es para los sucios, papá. Esto es una locura, gracias Deca, gracias. Fuimos el mejor equipo de la categoría y lo demostramos- comentó con la voz cortada un hincha, mientras otro por detrás alentó a los demás a que cantaran: "Y dale deeee, y dale deeee".

-Hasta el cielo se volvió decano. La emoción es incontrolable. La gente llora, se abraza, canta, grita. El pueblo decano está de festejo y el cielo lo sabe, por eso brilla celeste y blanco -dijo Tarascio antes de dar el pase a estudios.

En el camino desde mi casa hasta la plaza vi a tres chicos con la camiseta de San Martín sentados en un bar, a seis o siete hombres sacando todo el cuerpo por la ventanilla del colectivo revoleando una bandera celeste y blanca, a una fila de cinco camionetas 4 por 4 tocando bocina, a una pareja que iba en moto; ella adelante, conducía y él atrás, cantaba, agitando ambos brazos para arriba y para abajo.
Fue imposible encontrarlo a Sosa en la plaza. Tarascio no exageraba. Pensé en mi abuelo, el Pedro Noli del cielo, ¿cómo festejan las almas un ascenso a primera si es que no pueden cantar? Pensé en mí, en lo feliz que hubiera sido en este momento si hubiera sido un hincha más fiel. Pensé en quienes festejaban delante mío, en la grandeza del fútbol, en la estupidez del fútbol, en la verdadera importancia del fútbol, y concluí que las pasiones también se alimentan de simplezas, y que la vida es el tiempo que transcurre entre pasión y pasión. Deduje, entonces, que los años no cuentan. Cuenta cuantas pasiones ha tenido uno. Lo demás es deperdicio, es tiempo muerto. Pensé en que Sosa debe estar mucho más feliz que cansado aunque no haya dormido.
Pensé en el nombre del hombre ese que hacía cantar a su hijita, una petisa morochita empapelada de celeste y blanco, mientras volvían de la plaza. La tomaba del torso y frente a frente le repetía, apasionado: "Siga el baile al compás del tamboril, que el deca de va a primera, y al descenso San Martín".

10 comentarios:

oveja y negra dijo...

La pasíon por el futbol es arma de doble filo.
En fin, me alegro por Atletico y al descenso San Martín!!

Bruno Cirnigliaro dijo...

Gran relato y descripción de un día histórico, querido amigo. Yo todavía no encuentro palabras para describir lo que vivimos ayer, y está bueno que eso pase a veces.

Larga vida para Tucumán en Primera, sea Atlético o San Martín!

Un abrazo!

don carlao dijo...

soy ciruja! pero felicito por el ascenso al deka porque hicieron un gran torneo. Ojalá q puedan estar los dos equipos porque le va a venir bien a esta provincia con tanta pobreza , un poco de difusion nacional.

Anónimo dijo...

no me vengan los cirujas con que "ojala que los 2 equipos esten en primera".....esa es la mentira mas grande que escuche. yo soy decano y digo ojala que desciendan por que no los quiero y punto.
aguante el dk
saludos peter ...jose

Juan Pablo Sosa dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

no estoy sorprendido... estoy entusiasmado porque tu blog mejoró notablemente... sin lugar a dudas que tu pluma cada vez es mas sabrosa, calida, eficiente, ductil, sincera, aseñoreada, en fin... me da mucho gusto leer tu blog y te confieso que hace bastante que no lo hacia... "triste y desconocida", fascinante... "demoras por el dolor" y "amor al mediodia" una pinturita... te felicito... un abrazo...
EL KAISER..

Marco Lamoglia dijo...

Compañerico, usted sabe lo que sufri, llore y lo que estoy gozando ahora. Es algo impresionante, como dijo camero. La alegria esperemos que no termine.
Yo, al igual que juan pablo, no pare de llorar el domingo, algo tremendo.
Tremendo post compa. Abrazo

Bruno Cirnigliaro dijo...

desde la san juan. Saludos

macanudas* dijo...

a mí no me gustaba el fútbol. me aburría y me parecía ilógica esa pasión de algunos.

era envidia.

no hay nada en la vida que genere tanta pasión con hechos tan simples como el fútbol, lo aprendí hace unos donimgos que fui a la cancha por primera vez.

el fobal es pasión de multitudes
tiene barrio
tiene familia
tiene amigos
tiene música
tiene simplezas de esas que hacen a la felicidad.

como siempre, muy buen relato pedronoli

Anónimo dijo...

te acordás??? parecía el mundial del 86 el cuál lo festejé, era pendejo pero lo festejé. Ahora el deca es de primera, igual los arbitros nos están mandando a perder como loco!!!!!

Logan