(El recuerdo más reciente de las veces vi la muerte)
Plaza Constitución, Buenos Aires. Sábado 13 de Septiembre de 2008. Una noche fresca. Un hombre intenta subirse a un colectivo de la línea 168 y el chofer arranca cuando tenía un pie en el aire. El hombre, que es gordo y no llega a los 50 años, cae al piso. Y desde arriba del micro se siente cómo lo aplasta. Fueron las ruedas traseras y pareció que pasamos un lomo de burro.
Tan insignificante puede ser la vida de un desconocido que el policía imbécil que llegó al lugar dijo: "Este estaba borracho. Tiene olor a vino, aún".
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Sin fecha
Hace 11 meses
7 comentarios:
Es insignificante la vida de un borracho, de un indigente, de un niño de la calle, de una persona que viaja todos los días colgada de un vagón de tren... La vida no vale, salvo que tengas unos cuántos dólares en el banco. Entonces, sí, tiene precio.
Final parecido al del mono Gatica el de este probre hombre.
Quién te dice que quizás el man se clavó tan sólo dos copitas de vino para el cuore? Por qué la gente siempre tiende a ser prejuiciosa?
Peter, con tantos relatos sobre la muerte, voy a terminar pensado que sos Joe Peter Black.
Qué zaga, primo. Recién la leo. Qué relatos sensacionales, dolorosos. Me impactaron. Qué muertes tristes. Qué desesperación; qué angustia. Qué buena prosa, primo. Ojalá haya más historias. Un abrazo.
si les duele tanto la muerte diganlen a la querida presidenta que arregle los trenes, el transporte publico antes de gastar semejante huevada de plata en un caprichito de vieja cabeza hueca, gracias, muchas gracias.
Muy lindos relatos, muy tristes, pero amenos para leer. Saludos...
Qué curioso que el alcohol sea el elemento de juicio para saber si ese hombre merecía o no la muerte que tuvo. Hasta dónde puede llegar la canallada de adjetivar la vida o la muerte.
Pregunta: cuando el policía muera alguien dirá: - Y bueh, si era milico?
Saludos peter...
Gracias por los comentarios y alagos exagerados.
Esa frase, la del policía, me hizo pensar en lo frágil que somos. Buena vida para todos.
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